lunes, 24 de mayo de 2010

Saber perder es más importante que saber jugar!!!!!

Hoy hemos tenido torneo de fútbol 5 en el colegio, y debido a determinadas actitudes que aparecieron allí, se hacía necesario escribir sobre este tema ya que no es la primera vez que lo veo y considero que hay que hacer algo.

Creo que saber perder con elegancia, felicitar y agradecer al vencedor el tiempo que nos ha dedicado debe ser una regla de oro, pues, como suele decirse, en la mesa en el juego se conoce al caballero. No es que por saber perder no se sea competitivo, sino que una derrota no puede hacernos perder nuestro saber estar, el respeto por el resto de las personas. Como decía alguien muuuucho más sabio que yo: "La dignidad de la derrota, no la tiene la victoria".

Vivimos en una sociedad muy competitiva, demasiado competitiva me parece a mí, así que no es raro que todos intenten destacar. Hay que ser los mejores, y vivimos constantemente comparándonos con otros en diversos ámbitos y áreas de nuestro que hacer. El deporte no se va a quedar atrás. Pero no se puede olvidar la importancia de saber perder y aceptar, que en ocasiones, no siempre todo saldrá bien y acabaremos perdiendo. Es parte de la vida, a veces, por suerte, se gana, pero otras, se pierde. Hay que estar familiarizado con ambos resultados.

Nada más insufrible desde mi modesto punto de vista que ver a un mal perdedor fuera de si, y que se comporta como una mala persona, faltando al respeto a todo el que le rodea en un momento dado. Hoy he visto numerosos casos en la cancha de fútbol. Una persona que no sabe contenerse es, como mínimo peligrosa, irrespetuosa, dañina, y no sólo para el adversario, ..., pero lo que es peor, es insoportable. Entendemos por mal perdedor no solamente el que dice lo que no debe en un momento dado, sino el que actúa o gesticula poniendo de relieve que no sabe asumir su derrota.

Si no se sabe jugar, sencillamente no se juega, pero nunca se debe perder la calma y mucho menos por un juego, ¡que sólo se trata de un juego! No es que uno sea frió como hielo o que no le apasione el juego; es que el gusto por el juego debe superar al gusto por la victoria. Hemos de disfrutar por el simple hecho de jugar, de pasar un rato divertido, practicando una actividad que nos gusta, y, que en muchos casos hacemos acompañados por gente que nos agrada y que comparte los mismos gustos.

Como he dicho antes, los dos resultados son posibles, y hemos de aceptar ambos cuando se den. Si nos ganan jugando mejor, pues es de lo que se trata, de contrastar habilidades. Si nos ganan por suerte o por injusticias del árbitro, pues se acepta igualmente, porque cuando se empieza a jugar se aceptan las reglas. Si esto no se asume, es mejor quedarse en casa y no dañar a quienes nos rodean.

Por otro lado, saber ganar también tiene sus reglas. Igualmente insufrible que un mal perdedor es un vencedor presuntuoso. Lo primero que ha de hacer un vencedor es dirigirse a su adversario deportivo y valorar su juego, no reirse de él o faltarle al respeto.

Y después de las formas, si de verdad te gusta tu deporte, pues a mejorar, que no hay nada como una buena derrota para aprender de los errores y mejorar. Ojalá todos hiciéramos esto último.

Ojalá muchos de los que estuvieron jugando en la cancha esta mañana puedan leer estas palabras y aplicarse en cuento ya que son los artífices de que yo hoy haya escrito estas palabras. Si no, yo se las hará llegar.


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